RECUERDO DE UN AMIGO


   Jean Jacques Herault nuestro amigo, era un "vividor". "Vividor" en el muy buen sentido de la palabra. Soltero y sin compromiso, amaba la vida, y luchó por mantenar la suya y la de los demás con una ilusión y un empeño por gastarla en el amor a Dios y a los demás, alucinante.
   Fue un gran buscador y amante de la Verdad. Aún recuerdo cuando le conocimos. Habíamos entrado en contacto con un grupo de estudiantes de filosofía. No, no de aquellos que van a la Facultad. Sino de los que como en tiempos de Sócrates, Platón, Aristoteles seguían las clases de un maestro que les iba haciendo comprender la grandeza de la inteligencia humana capaz de captar la realidad: ¡eso es la verdad!. Y Jean Jacques la había buscado tanto tiempo en caminos no muy ortodoxos. Aquellos cursos del Sr. Henri Porte le habían hecho descubrir también que la existencia de Dios es algo razonable.
   "Teníamos convertida la inteligencia, pero faltaba que la conversión pasara al corazón" decía él al terminar aquellos Ejercicios Espirituales que realizó con otros jóvenes de su grupo a finales de 1997. Desde entonces creo que ni un sólo año se perdió esta experiencia que tanto bien producía en su vida.
    Desde hace unos años iba de recaída en recaída en su cancer de hígado. Tenía una gran confianza en el Señor; por periodos largos se sentía sanado por El. Se sentía con una misión.
   

     En sus últimos días escribía  esta oración  que se ha publicado en el reverso de su recordatorio. Quisiera compartirosla:

    "Señor, heme aquí: vengo con el corazón quebrantado,
con mi cuerpo y mi corazón paralizado, lleno de miedos,
y de toda la historia que conoces tan bien.
    Sé, y creo, que puedes sanarme,
deseo abrirte la puerta de mi corazón paralizado,
pero no sé cómo hacer.
    Señor, soy incapaz, mi fe es demasiado débil,
mis miedos demasiado grandes.
    Señor mira la fe de mi hermano y mi hermana
que hoy me llevan en mi camilla,
incapaz de echarme yo mismo a tus pies.
    Señor Jesús, abre la tumba de mi corazón
y expulsa las fobias que lo habitan.
Pues quiero vivir, quiero sanar, quiero conocer el amor.
Señor, Tú eres infinitamente más fuerte y grande
que mis resistencias.
Sé el vencedor de mis resistencias.
Así sea. FIAT."

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