Declaración de amor


  

  El evangelio cuando es un discurso de Jesús donde nos dice un montón de cosas profundas, nos deja un poco “fríos”, “indiferentes”, nos supera, no podemos alcanzar, asumir, todo lo que nos dice. 
  Para que su palabra nos entusiasme, nos abrase los corazones, nos toque, es preciso acercarse a la palabra con calma, con paz, con tiempo, pensando que Jesús me habla a mí. Vamos a hacerlo. Comentaré una a una las frases de Jesús bajo esta perspectiva: me lo está diciendo a mí, te lo está diciendo a ti.
  “Como el Padre me ha amado, así os he amado yo”. Hoy, aunque no sea el día de los enamorados, ¡¡Jesús te declara su amor!!… a ti... te dice “yo te amo, Alba, Ramón,…”, piensa en ello, siéntete amado por Él. Siéntete que te mira con un amor inmenso. Porque su amor no es un amor cualquiera; te ama como el Padre le ama a Él, ¡increíble! ¿Le agradecemos su amor? ¿Nos creemos que nos ama?
 “Permaneced en mi amor. Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; lo mismo que yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor”.

 Un aclaración: la palabra mandamiento en catalán/castellano suena fuerte, imperativa, en hebreo la palabra se traduciría por los consejos que el padre da al hijo para que ande bien, por el camino de la vida. Es una palabra muy amable, cercana,... En catalán/castellano, la traducción no es demasiado buena. Cuando nos hablan de mandamientos pensamos en los diez mandamientos, pero, Jesús habla de sus mandamientos “si guardáis mis mandamientos”. O habla de los mandamientos de su Padre hacia Él. No se está refiriendo a los diez mandamientos. Se está refiriendo a todos los consejos que nos ha ido dando en su vida pública, pensemos que estamos en el discurso de despedida.
  Por tanto, Jesús te ha dado unos consejos porque te ama, porque quiere tu bien, y desea que andes con alegría por el camino de la vida... Hay consejos que te cuestan, pídele fuerzas. Hay consejos que te dan mucha luz, agradéceselo. Todos los consejos te encaminan por el camino del amor. Sólo amando serás feliz... 
 “Os he hablado de esto para que mi alegría esté en vosotros, y vuestra alegría llegue a plenitud”. 
  La finalidad de todo; tu gozo, alegría, felicidad, sea completa. ¡Qué bonito! Y dos cosas más: Jesús se siente lleno de alegría, no es un hombre triste, serio y distante, sino que se siente lleno de alegría. Y desea compartirla “para que mi alegría esté en vosotros”. Te lo dice a ti “para que mi alegría esté en ti Alba, Ramón, Miguel,...”
  Pide al Señor participar más plenamente de esta alegría... Explícale porque ahora no estás demasiado bien, que deseas que su alegría te inunde, o dale gracias porque su alegría habita en tu corazón... 
  “Éste es mi mandamiento: que os améis unos a otros como yo os he amado. Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos”. Esto de entrada parece imposible: ¡¡amar como Él!! Él es Dios, Él ama con la fuerza de Dios. ¡Él llega a dar la vida! Pero, Él mismo nos dice “que os améis unos a otros como yo os he amado“. La imagen que Jesús nos daba domingo pasado, nos ilumina esta cuestión: si Él es la vid y nosotros los sarmientos, quiere decir que su vida vivifica nuestras vidas, que su amor, vivifica nuestras personas, y esto nos permite amar como Él. Te lo dice a ti: “ama como yo”.
  ¿A quién te cuesta amar?...,... Pide a Jesús fuerzas para amarla... Porque si Jesús la ama, tú has de poder amarla también.
  ¿Qué obstáculo hay en ti, para amar más?... pídele que te lo quite...
  “Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando. Ya no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor: a vosotros os llamo amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer”. En nuestra vida, cuando alguien nos ha dicho: “eres mi amigo”, “valoro mucho tu amistad”, nosotros nos hemos sentido dichosos, felices. Pues, hoy, Jesús te declara su amistad, y te dice “amigo mío”, Jesús, el Hijo de Dios, te dice “amigo mío”. Hemos de entrar por esta puerta que nos abre el Señor. 
  “No sois vosotros los que me habéis elegido, soy yo quien os he elegido”. Él te ha escogido... ser cristiano no es sólo una decisión tuya... Él te ha escogido... ¡piensa en ello!

  “y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto dure”. Tienes una misión... pregúntale ¿cuál es mi misión? Visito gente mayor y muchas veces, indirectamente, me están diciendo: ya no tengo misión, ya puedo morir. ¡Es falso! Es un pensamiento que viene del mal espíritu. Siempre tenemos una misión, en cada momento de nuestra vida. Hoy Jesús te dice: “te he confiado una misión”.
  “De modo que lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo dé”. ¡¡Increíbles palabras!!, pero más increíble es que en este discurso de despedida ha dicho hasta cinco veces, esta misma expresión (Jn 14,13. Jn 14,14. Jn 15,7. Jn 15,16. Jn 16,23.). ¡Cinco veces! Jesús nos abre una puerta, pero no la cruzaos porque en el fondo tenemos poca fe.
  Que nos acerquemos más a la Palabra de Dios, descubrir su riqueza y entenderla como una palabra que se dirige a cada uno de modo personal.
Francesc Jordana



Comentarios

Entradas populares