TESTIMONIOS DE JÓVENES EJERCITANTES

  Como os prometíamos ayer os compartimos los testimonios que nos dejaron este hermoso grupo de chicos que han seguido este fin de semana los Ejercicios con Mossén Emili Marlés y el P. Enrique Martín. Testimonios sin desperdicio:

    Mi vida iba tan deprisa que me dejaba llevar por la hiperactividad. Este fin de semana he podido ofrecer al Señor de nuevo mi vida y por eso le doy gracias. 
   Sé que Dios me ama y que he de confiar en El, pero necesitaba estos momentos de calma y de oración para tomar consciencia.
   He pasdo una etapa de mi vida insípida, con frustraciones mundanas. Por eso sentí que Dios me pedía que viniera a quí estos días para poder reorientar mi vida. Vuelvo a sentir la fuerza y la luz de Dios en mi. Puedo comenzar de nuevo. gracias. 

  ¿Qué quiere el Señor de mí? Yo vine a Caldes con esa pregunta esperando que me confirmara la resuesta que semanas atrás me dió. No tenía la certeza de que esa respuesta fuera la correcta. Vamos a zanjar el tema: ¿señor qué quieres de mi?. Te doy un cheque en blanco para que escribas en El lo que quieras. Y lo escribió. Antes de venir a Caldes yo sabía lo que el Señor quería de mí, ahora me voy  de Caldes con la certeza de que lo que el Señor quiere de mí gracias a los Ejercicios ignacianos. Y no sólo me voy con una confirmación, sino que también me llevo respuestas a muchas otras preguntas, un plan de vida, y muchos propósitos a realizar.

   He descubierto algo importante y esto es conocer mejor el evangelio. De ninguna manera se me ha hecho pesado y aburrido el meditarlo. Quiero ser testigo de Jesús pero me he dado cuenta que he de conocerlo cada vez más  
   Déu es amor! Ell ens espera amb els braços oberts per compartir uns dies on ens omple de grâcia y estima. Adrenalina 100% 
   Son mis segundos Ejercicios. En los primeros sentí en muchos momentos muy cerca a Dios y me sirvieron para quitarme algunos apegos a la voluntad de Dios en lo que se refiere a mi vocación. 
   En estos segundos Ejercicios he sufrido moments de desolación muy fuertes que me han hecho incluso plantearme la existencia de Dios. No sentía nada de lo que decía el P: Enrique que tenía que sentir y me costaba sobremanera imaginar ciertas escenas bíblicas.
   Llegó incluso un momento en el que sentí que no tenía entido seguir con los ejercicios, pero afortunadamente le cordura se impuso. Hice el mayor acto de fe de mi vida reconociendo a Cristo Resucitado en el Sagrario, reconociendo la grandiosidad de Dios Padre creador y que es digno de toda alabanza y reconocí en Cristo crucificado el amor que tiene por mí (del que no soy merecedor) y que si hubiera tenido que morir sólo por mí, lo hubiera hecho. Esto me trajo una consolación mayor que la desolación y me sentí muy querido, inmensamente amado.
  A parte de esto también me llevo a casa mi vocación más clara y algún que otro discernimiento de algún aspecto de mi vida que necesitaba resolver.
   Doy gracias a Dios por los momentos vividos en estos días, por este gran regalo y por poderlo alabar cada día por su grandeza.
   Salgo de aquí muy diferente de como entré. Con estos ejercicios Espirituales he podido orientar auténticamente mi vida en la buena dirección.
   Antes de venir aquí procuraba rezar cada día, asistir a la Eucaristía, leer la Palabra de Dios, confesarme a menudo... Aún viviendo así me faltaba algo. No tenía la paz que deseaba. La he encontrado abandonándome a Dios, entregándole toda mi alma y mis proyects y deseos en las manos del Señor para que haga lo que desea con ellos y pueda dejar-le ser mi guía. Procuraré renovar este compromiso a diario.
    El primer día ni fu, ni fa. Hoy, en estas últimas horas he tenido una experiencia que me ha llegado, impactado y tocado mucho. Me voy con la idea de enamorarme de Cristo con un amor incondicional. Me ayudó mucho una hoja que hablaba de aspectos diversos de la vida del cristiano.
   Caí en la rutina cotidiana, sin darme cuenta de la magnífica obra en la que vivimos. Encontrar a Dios en cada cosa que hacemos, vivimos. Me he dado cuenta que necesitaba estos Ejercicios haciéndolos pues daba por sabido muchas cosas.
   Pensaba venir a descansar... y venía sobretodo para pasar el finde con un buen amigo. Me ha llegado mucho la primera semana, el perdón. El Señor me ha tocado y me ha mimado.

   Estos Ejercicios, ya me lo advirtieron el año pasado no son para descansar. Hacen mucho bien para hacer un parón y desconectar con todo lo que es mundano. ¿Señor que quieres de mi vida? Los recomiendo a todos.
   Mossén Emili: lo que hace más feliz a un sacerdote es ayudar a las personas a que se encuentren con Jesucristo. Si queréis hacedme el mejor regalo: creed en El. Tenemos que crear una cultura de los ejercicios. Tenemos la misión de contagiar a los jóvenes que nos rodean.

   Mossén Xavier: sí, esta debe ser una experiencia habitual. Si invitáis vosotros mismos a vuestros amigos, aunque sólo sea por curiosidad vendrán
  

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