UNA DE LAS DEVOCIONES MÁS PROVECHOSAS DE LA PIEDAD CRISTIANA
A través de la repetición de las Avemarías nos adentramos en
los Misterios de la vida de Cristo y aprendemos a mirar el acontecimiento
salvífico desde el Corazón Inmaculado de María. Escuchemos lo que Benedicto XVI
nos dice sobre esta hermosa devoción,
1. “El santo rosario no es una práctica piadosa del pasado,
como oración de otros tiempos en los que se podría pensar con nostalgia. Al
contrario, el rosario está experimentando una nueva primavera”.
3. “En el mundo actual tan dispersivo, esta oración –el
rosario– ayuda a poner a Cristo en el centro como hacía la Virgen, que meditaba
en su corazón todo lo que se decía de su Hijo, y también lo que Él hacía y
decía”.
4. “Cuando se reza el rosario, se reviven los momentos más
importantes y significativos de la historia de la salvación; se recorren las
diversas etapas de la misión de Cristo”.
5. “Con María, el corazón se orienta hacia el misterio de
Jesús. Se pone a Cristo en el centro de nuestra vida, de nuestro tiempo, de
nuestras ciudades, mediante la contemplación y la meditación de sus santos
misterios de gozo, de luz, de dolor y de gloria”.
6. “Que María nos ayude a acoger en nosotros la gracia que
procede de los misterios del rosario para que, a través de nosotros, pueda
difundirse en la sociedad, a partir de las relaciones diarias, y purificarla de
las numerosas fuerzas negativas, abriéndola a la novedad de Dios”.
7. “Cuando se reza el rosario de modo auténtico, no mecánico
o superficial sino profundo, trae paz y reconciliación. Encierra en sí la
fuerza sanadora del Nombre Santísimo de Jesús, invocado con fe y con amor en el
centro de cada Avemaría”.
8. “El rosario, cuando no es mecánica repetición de formas
tradicionales, es una meditación bíblica que nos hace recorrer los
acontecimientos de la vida de la Señor en compañía de la Santísima Virgen
María, conservándolos, como Ella, en nuestro corazón”.
9. “Ahora, que finaliza el mes de mayo, no debe cesar esta
buena costumbre, es más debe proseguir todavía más con mayor compromiso de
manera que, en la escuela de María, la lámpara de la fe brille cada vez más en
el corazón de los cristianos y en sus casas”.
10. “(En el rezo del rosario), os encomiendo las intenciones
más urgentes de mi ministerio, las necesidades de la Iglesia, los grandes
problemas de la humanidad: la paz en el mundo, la unidad de los cristianos, el
diálogo entre las culturas”.
BENEDICTO XVI
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