Summer Event Barcelona 2014



Este año hemos tenido la suerte de poder vivir en Barcelona el “ Summer Event”.


    El “Summer Event” es un acontecimiento que hasta ahora sólo se había hecho en Italia y que consiste en un evento que reúne a muchos jóvenes para vivir unos días de formación, oración y evangelización por la calle.
Diócesis de Terrassa
   Todos estos jóvenes tienen en común que son chicos y chicas comprometidos con sus parroquias y diócesis y que en sus respectivas ciudades participan de la iniciativa de “Una Luz en la noche” de los “Centinelas de la mañana”. 
   Este año fuimos aproximadamente un centenar de jóvenes venidos de muchas diócesis de España (Barcelona, Terrassa, Madrid, Valladolid, Astorga, Santiago…) y también de algunas diócesis de Italia y Francia, juntamente con los sacerdotes de las respectivas parroquias que también participaron del evento.
   La tarde del jueves 28 de Agosto empezó la convivencia que se realizó en el Colegio de la Salle de Premià de Mar, en el que, después de una noche con una fiesta de bienvenida, al día siguiente empezaron las charlas de formación, a cargo de Don Andrea Brugnoli (el sacerdote italiano que tuvo la idea de la iniciativa de los Centinelas de la mañana) y Chiara Facci, que trataban sobre la visión evangelizadora que todo cristiano y especialmente los jóvenes debemos tener; puesto que como la fe es el regalo más grande que tenemos, es nuestra obligación intentar hacerla llegar a los que están alejados de Dios y la Iglesia.
   La culminación del primer día de formación llegó después de la cena, en la vigilia de oración destinada a preparar nuestros corazones para la evangelización en la calle del día siguiente. 

   Fue una vigilia preciosa en la cual hubo el Santísimo Sacramento expuesto durante todo el rato y en la que mientras el equipo de cantos tocaba canciones adecuadas para cada momento de la celebración, 

todos los presentes pudimos adorar al Señor, rezar los unos por los otros a través de la oración del hermano por el hermano y también rezar por la evangelización de nuestras respectivas ciudades. Hubo también confesiones durante toda la celebración y al acabar, con la bendición final y un canto invocando al Espíritu Santo, todo el mundo estuvo de acuerdo en que Dios había tocado nuestros corazones aquella noche.


El sábado llegó y con él el momento más “delicado” de todos: la evangelización por las calles de Barcelona.
   Después de una mañana de formación, esta vez más práctica de cara a la evangelización por la calle; después del almuerzo fuimos a la Villa Olímpica vestidos todos con la misma camiseta para realizar el envío desde la parroquia de Sant Félix e ir por parejas a invitar a la gente que estuviera en la playa o en el paseo marítimo al evento que tendría lugar esa noche en la iglesia de Sant Jaume. 
   Como siempre hubo reacciones de todo tipo por parte de la gente y se dieron charlas realmente interesantes y profundas donde gente desconocida abrió un poco de sus corazones mientras conversábamos con ellos sentados en la playa.

   Después de eso volvimos a Premià de Mar, donde después de una ducha y una cena rápida fuimos otra vez a Barcelona, esta vez a la Iglesia de Sant Jaume situada entre el ayuntamiento y las Ramblas para realizar la actividad de “Una Luz en la noche”.

   Como siempre, la Iglesia estaba cuidadosamente ambientada con el Señor expuesto en el altar y ambientado por un magnífico equipo de canto.

   Después del envío cada uno fue a la tarea que se le había asignado; algunos en parejas a evangelizar en la calle e invitar a la gente que entrara, otros a acoger la gente que entraba y llevarlos delante mismo de Jesús expuesto, otros a interceder por las parejas de la calle y evidentemente los sacerdotes dispuestos a confesar y hablar con todo aquel que lo pidiese.
   A mi me tocó en la acogida; y puedo decir que fue una de las mejores “Luz en la noche” que he vivido, ya que aunque éramos 20 acogedores, siempre había trabajo para todos acompañando a gente que entraba delante del Señor.

   Una de los pequeños milagros que pude ver fue acompañando a una chica que había salido de fiesta y al entrar en la Iglesia dijo que no sabía si creía en Dios y que no se creía que en el altar estaba verdaderamente Jesús. Al estar un rato delante del Santísimo dijo una oración que fue una de las más bonitas que he oído en mi vida, en la que termino diciéndole a Jesús: “ Te quiero”.
   En esa noche hubieron muchos otros pequeños milagros que al día siguiente, antes de la eucaristía final de envío, pudimos compartir todos los jóvenes para ver como Dios había tocado a muchos corazones en la noche de Barcelona.
                                                                                                             August Figueras
    


 

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