Oraciones que parecen “no escuchadas”
Hoy
ponemos el foco en la mujer cananea y vemos cómo el evangelio nos la propone
como modelo de la oración de petición. Los modelos son para mirarlos y aprender
de ellos. Pues, hoy el evangelio nos presenta en la mujer cananea un modelo de oración.
Dicen
que una de las causas más profundas de sufrimiento por un creyente, son las oraciones
que parecen “no escuchadas”. Todos, pienso que tenemos oraciones que parecen
“no escuchadas”. Hoy la actitud de la mujer cananea puede iluminar nuestra vida
de oración.
Expongo
cinco actitudes que vemos en la mujer cananea y hago un pequeño comentario de
cada una:
1) Se
acerca a Jesús con fe. ¿Nos acercamos a Jesús? ¿Lo hacemos con fe? ¡Revisémonos!
¡Que la rutina, el ir haciendo, no mate la novedad radical que Jesús quiere aportar
a nuestra vida!
2) Le
hace su petición. Jesús nos dijo “Pedid y
se os dará”. ¡¡Pidamos!! ¡Atrevámonos a pedir! Tengamos la esperanza de pedir.
¿Por qué pedir si Dios ya sabe lo que necesito?: Tres motivos (hay más):
• Jesús mismo nos lo dice (“pedid...”, nos
enseña el padrenuestro (siete peticiones)).
• Cuando
pido por mí, me predispongo a acoger aquello que estoy pidiendo. Estoy trabajando
la tierra para poder acoger su semilla.
• Cuando
pido por otra persona, esto es un pequeño acto de amor. Y todo pequeño acto de amor
da fruto. Vale la pena recordar el punto 279 de Evangelii Gaudium. “no
se pierde ninguno de sus trabajos realizados con amor, no se pierde ninguna de
sus preocupaciones sinceras por los demás, no se pierde ningún acto de amor a
Dios, no se pierde ningún cansancio generoso, no se pierde ninguna dolorosa
paciencia. Todo eso da vueltas por el mundo como una fuerza de vida”.
A mí me hace mucho bien rezar con el salmo 106, es para
mí, el salmo que invita más poéticamente a pedir aquello que necesitamos al Señor.
3) Continúa
pidiendo, a pesar que parece que Jesús no le hace caso. Y persevera y persevera
en su petición, hasta el punto de que los discípulos se quejan. Rezar, rezamos, pero va pasando el tiempo y la
perseverancia en nuestras peticiones se debilita. Muchos y muchas de vosotros,
tenéis hijos e hijas, nietos y nietas que no se han encontrado con Jesús. En su
tiempo, rezabais por ellos, pero ¿continuáis
perseverando en esta petición? Otro ejemplo: Todos vemos que el sistema económico no
funciona; descarta a mucha gente, esclaviza muchas personas, empobrece países
enteros. ¿Hacemos una oración confiada y perseverante para que se transforme?
La URSS y el muro de Berlín, parecía que durarían mil años. Y cayeron. Hace falta tener esperanza. El Papa
Francisco, a los jóvenes de Corea del Sud, les ha dicho, este viernes: “Jesús puede dar nueva vida al corazón del
hombre y transformar toda situación, incluso la que parece sin esperanza”.
Es
la perseverancia en la petición, la que provoca la alabanza de Jesús. “Mujer, qué grande es tu fe: que se cumpla lo
que deseas.” ¡No desesperemos nunca,
no nos desanimemos nunca! Confiemos en Él, “con Él podemos caminar sobre el agua”,
cosas imposibles se pueden volver perfectamente realizables. Nos puede motivar el
tener una memoria agradecida. Cuando miro hacia atrás y descubro su acción en mí,
me motivo para continuar rezando y pidiendo.
4) Se
prosternó ante Jesús y le dijo “Señor,
socórreme”. Hemos de aprender a decir: “Señor,
socórreme”, “compadécete de mí”. Nos hemos de reconocer necesitados de Él. Pienso
que demasiadas veces queremos vivir nuestro cristianismo con nuestras propias fuerzas y olvidamos que solos,
nada podemos. Como dice el salmo: “Si el Señor no construye la casa, en vano se
cansan los albañiles, si el Señor no guarda la ciudad, en vano vigilan los
centinelas…“. En el Evangelio de Juan, Jesús nos dice: “sin mí no podéis hacer nada”. Hemos de aprender
a pedir ayuda al Señor, y perseverar en esta petición…
5) La
mujer cananea dialoga con Jesús. Todo lo que hemos dicho hasta ahora, nace del
diálogo con Él. Dialogar con Jesús, hablar con Él, como con un amigo, esto es
la oración. Y este diálogo nos llevará a crecer en la fe y ver como Jesús
transforma aquello que parecía intransformable. Que así sea...
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