LIBERTAD, IGUALDAD, FRATERNIDAD

En Valensole, con el parroco y las hermanas

    Como ya os había compartido hace unas semanas, la secre de este blog, siempre a vuestro servicio, pasa una temporada en Francia.  
    Temporada muy agradable, por cierto. Es como volver a las fuentes, a la tierra natal. No, no. Que no haya equivoco posible: no creo descender de ningún francés: soy bien castellana!. Sin embargo es verdad que aquí comencé hace ya 22 anos mi vida religiosa, y viví largos y felices años en este ambiente que ha dejado su huella en mí.


    Hoy 14 de julio en Francia se celebra la Fiesta Nacional. Hace 222 anos, que estalló la Revolución francesa que ha marcado tan profundamente también la historia de Europa y del mundo. 
    Fiesta Nacional!!! No deja de chocarme mucho esta paradoja.
    La Revolución que quiso implantar esos magníficos valores, (profundamente cristianos de hecho), de "libertad, igualdad, fraternidad" con violencia,  con masacres increíbles, y con la imposición de una ideología donde Dios estorbaba y la única divinidad posible era la Diosa Razón, se ha convertido en el punto de referencia del país...

    Significativo este hecho cuyas consecuencias padecemos aùn hoy en día, donde los valores de libertad, igualdad y fraternidad siguen queriéndose imponer pisoteando la dignidad humana con totalitarismos indignantes.

    Os voy a parecer un poco inocentona, o como dirían los franceses "naïve" pero: 
   -¿ Dios no nos creo libres?,  ¿no es el Único que respecta soberanamente nuestra libertad, arriesgándose tan a menudo a perdernos?
    -¿ no somos todos sus hijos iguales en dignidad, infinitamente amados y escogidos por El? 
    - ¿ No somos todos en Jesús hermanos, hijos de un mismo Padre que ha entregad a  su Hijo para que aprendamos el verdadero camino del Amor, de la fraternidad?
  - ¿Por qué el hombre se empeña en autodestruirse por otros caminos que los del Evangelio? 



    Quizás los cristianos no hayamos sido siempre fieles servidores de este Evangelio, y no hemos brillado ante el mundo con la luz resplandeciente de la verdadera libertad, la verdadera fraternidad, la verdadera igualdad que nos hace profundamente felices.

   Lo que si es cierto es que ante los retos del momento presente no podemos seguir jugando y hemos de dejarnos de tonterías y de mediocridades. Solo así construiremos un mundo hermoso, gozoso, respetuoso, verdaderamente libre, verdaderamente fraterno, verdaderamente luminoso, de la luz misma, de la belleza misma de Cristo.

   Y como esto no se improvisa... no dudemos en tomar en serio esas invitaciones para retirarnos a lugares y dedicar tiempo donde la luz del Cristo en su Evangelio cale verdaderamente en nuestras vidas, donde podamos experimentar la enormidad del Amor que Dios nos tiene, donde podamos ordenar nuestras vidas y recomenzar nuestro caminar con un vigor evangélico renovado.
   Esos lugares existen: las casas de Ejercicios.
   Esos tiempos también : los Ejercicios Espirituales de san Ignacio

    
Nada mejor que ofreceros para este verano. 
   No perdáis la ocasión.
   Os esperamos con mucha ilusión!!!
          

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