¿QUE FRUTOS ESTAMOS DANDO?
El propietario, la viña, los labradores, el encargo de
cultivarla, los enviados, los frutos, el hijo,… ¿qué quiere decir todo esto?
¿De qué nos está hablando Jesús?
Jesús utiliza esta parábola para plantear un tema de suma
importancia: el Pueblo de Israel no está dando los frutos esperados.
Cuando Jesús habla de:
*Un propietario
*Tenía una viña
*La rodeó con una cerca, cavó en ella un lagar,
edificó una torre
*La
arrendó a unos labradores para que la cultivasen
*El amo envió a sus servidores
*Les pegan, los matan, los expulsan.
*Envía el amo a su hijo
*Lo cogieron, lo
echaron de la viña y lo mataron.
Se refiere a:
*Dios
*La viña es el Pueblo de Israel,
escogidos para llevar la salvación al mundo.
*Dios se ha preocupado de un modo
especial por este pueblo escogido… (liberados de Egipto, conducidos por el desierto, cuarenta años, hasta la tierra prometida ...
*Escogidos para dar fruto. Para llevar la
salvación al mundo...
*Dios envía los profetas para exhortar a
la conversión del pueblo y den fruto
*Son acciones cometidas sobre los
profetas, enviados de Dios.
*Dios envía a su Hijo, Jesucristo.
*Jesucristo murió fuera de Jerusalén.
A la pregunta de Jesús: “¿Qué hará con
aquellos labradores?”. Los judíos le respondieron: “…arrendará la viña a otros
labradores, que le entreguen los frutos a sus tiempos”.
Son palabras que nos iluminan dos
cuestiones: por un lado, la formación del Nuevo Pueblo de Israel que es la
Iglesia, y por otro lado, la importancia de dar fruto.
Respecto a la primera cuestión, la
formación del Nuevo Pueblo de Israel queda muy clara cuando Jesús acaba este
evangelio diciendo: “Por eso os digo que se os quitará a vosotros el reino de
Dios y se dará a un pueblo que produzca sus frutos”.
Por lo tanto, Jesús con sus palabras está
explicando el sentido de la Iglesia, como Nuevo Pueblo de Israel. El Pueblo de
Israel no ha respondido a la llamada de Dios a la conversión, a dar fruto,
tampoco han acogido a Jesús, el Mesías. Y esto provoca que Jesús constituya el
Nuevo Pueblo de Israel, la Iglesia. Y en este nuevo pueblo, él será la piedra
angular…
Texto importantísimo que nos ayuda a
entender ese rompimiento que hubo entre el judaísmo y el cristianismo.
La segunda cuestión es el tema de los
frutos: En la primera lectura aparece una imagen que habla por sí sola: “Y
esperó que diese uvas, pero dio agrazones” Y más adelante... “¿Por qué,
esperando que diera uvas, dio agrazones?”. Vemos en la parábola que Jesús
explica, a Dios decepcionado por no obtener frutos, ¿estará quizás, Dios decepcionado
de nosotros porque no damos frutos? ¿qué frutos estamos dando? Es necesario que
cada uno lo piense...
El tema de los frutos no es un tema secundario:
Jesús le da mucha importancia hasta el punto que llega a decir: “por sus frutos
los conoceréis”. Hay muchos pasajes en los que sale la cuestión de los
frutos.
¿Por qué Jesús insiste tanto? ¡¡Porque es tan, tan fácil, quedarse en una fe teórica…!! En una fe que no compromete a nada… ¿Qué verifica que tu fe no es teórica? Los frutos.
Una cosa es tener una cierta credulidad que no compromete a nada y otra muy distinta una fe viva que da forma a nuestra vida y está llena de frutos. La fe sin obras es una fe muerta.
Y una aclaración: venir a misa no es un fruto. El venir a misa es el medio, el alimento, para poder dar fruto, y llevar esa vida que Jesús quiere y desea que llevemos.
Es bueno que Jesús nos pida frutos, porque es una exigencia que nos impulsa a crecer, a avanzar, a rezar más, a pensar cómo hacerlo…
En este sentido se expresa la carta de San Pablo. Fijaros qué verbos utiliza San Pablo: “acudid a la oración”, “presentad a Dios...”, “tenedlo en cuenta...”, “ponedlo por obra...”. Son verbos que piden, reclaman, hacer cosas, comportan dinamismo..., denotan acción, caminos nuevos. ¡¡El cristianismo ha de ser muy vital!!
¿Qué frutos podemos presentar a Dios? Este tema, quizás, nos podría ayudar a intensificar nuestra vida cristiana... que así sea...
Francesc Jordana
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