EJERCICIOS ESPIRITUALES: UN REGALO ABSOLUTO

 

El viernes cuando llegué,  pensaba "Señor ¿porque me has traído?". Estaba feliz, recién casada, me costó dejar a mi familia. No sabía muy bien porqué vine. En este retiro hemos hablado mucho del pecado, de ordenar la vida y me he dado cuenta de que este tiempo de silencio, y poder otra vez hacer recuento de lo que ha pasado durante mi vida, me ha ayudado mucho. Estoy muy feliz de haber encontrado aquí a un Mossèn de México. Yo soy conversa y en México no iba nunca a Misa. Las homilías del Padre Gerardo, me han acercado a mi tierra, y a todas las heridas que tengo en mi interior. También me llevo una sorpresa con cada una de las charlas de la Hermana, me han tocado el corazón. Salgo llena de alegría de este retiro.

Es la decimocuarta tanda que hago aquí. Vine porque mi hijo me dijo si quería venir, y yo le dije que también puede venir nuestra hija. Quiero dar las gracias, primero al Padre, a la Hermana, y a Dios por lo bien que utiliza los dones que les ha dado. Dar las gracias por el esfuerzo que suponen estos ejercicios, doy muchas gracias a Dios. Doy las gracias a todas vosotras, mis tandas siempre han sido de varones, pero vuestro ejemplo no desmerece en nada a las tandas de hombres. Es un ejemplo más de lo que es el papel  de la mujer en la sociedad.

Me ha gustado compartir este retiro con mi familia y con vosotros. Gracias a los que han hecho posible estos ejercicios. Me llevo muchas cosas que quiero releer. Me han parecido cortos. Quiero seguir viniendo a los ejercicios a esta casa. Me han gustado mucho.

Primero decir que para mi estos ejercicios han sido un regalo absoluto. Tenía un recuerdo distinto de los ejercicios que hice anteriorment. La sorpresa ha sido en que se ha focalizado en temas de amor, misericordia y perdón. Que precisamente es lo que necesitaba. El tema del amor, y el abandono en Dios y en la providencia divina, me han ayudado a abandonarme y confiar. El tema de la misericordia, me impresionó mucho, la adoración del sábado por la noche me tocó especialmente. Es impresionante como Dios se ha inmolado por mis pecados y por los de todo el mundo. La misericordia se explica gracias a la Cruz. Personalmente los temas que se han tratado me venían perfecto.

Doy gracias a Dios por esta oportunidad, he hecho varias veces ejercicios. Para mi es una gracia especial, el haber podido venir. Los retiros son siempre un reto, porque es encararme con la realidad. Aquí puedes desgranar y ver en lo que has fallado. Estos ejercicios me sirven para llevar un orden en mi vida, puedo ver en que estoy fallando y porque, si es por negligencia, pereza, medios, me ayudan a salvar obstáculos y seguir caminando en el sentido del plan que Dios tiene para mi e ir siguiendo este camino. El silencio ha sido estupendo. 

Mi camino en el tema de la Fe es reciente, adquieres perspectiva y te das cuenta que Dios estaba ahí pero no lo habías escuchado. Es la primera vez que hago este tipo de Ejercicios, hace tiempo que quería venir, he intentado varias veces y esta vez he podido asistir. Necesito conocer a Dios para poder amarle como se merece. Ha sido un gozo. He descubierto que las lágrimas que salen, no tienen que ser siempre de tristeza, a veces son de gozo, de saber que el Señor está contigo. Están siendo unos años muy intensos desde mi conversión. Este camino te hace descubrir conceptos del evangelio que no sabías hasta ahora. Este fin de semana me ha aclarado muchos conceptos que han sido muy bien explicados. 

Es la segunda vez que vengo. Yo siempre he sido católica pero nunca había experimentado al Espíritu Santo como este año. Todo lo que he sentido para mí ha sido increíble. No puedo explicar con palabras lo que siento con El. Como han dicho, las lágrimas que salen no son de pena, son de sanación. Lo he podido experimentar aquí. Te quedas sanada y purificada. Gracias a Dios porqué él vino a buscarme, nunca podré agradecerle lo suficiente. Ahora que estoy con él no sé cómo pude vivir antes. Gracias a todos, ha sido una gran experiencia.

Esta es la segunda vez que acompaño estos ejercicios aquí con la Hermana. No nos hemos reunido antes, no lo pudimos preparar. El Espíritu Santo sabe lo que hace. Esta experiencia puedo explicarla en tres puntos.

      Como llegué: llegué mal, con cargas de preocupación, recién operado, con carga de trabajo en el hospital Taulí, no busqué sustituto. Por el lado espiritual, quería confesarme antes de venir y no pude, eso me podía mucho. De hecho llegó un momento en que tenía ganas de llamar a la hermana y decirle que no podía ayudarla. Era mi tentación y mi autoengaño, Porque sabía que era Dios quien me llamaba. La resistencia fue mucha. Tuve poco tiempo para preparar las charlas. Que encontré: A Dios que me ama con locura. Él sabe de mis miedos y mis caídas. Venía yo día a día diciéndole no sirvo Señor, pero Él me decía sirves aunque sea de estorbo. Encontré a ese Padre que dice, sé de tus pecados, te amo y te necesito. Y me fue dando fuerzas. Me encontré a mi madre la Virgen. Y aunque me encontré a mi Padre, a Jesús y a la Virgen, también me he encontrado con el demonio que se aferra para que uno no ordene la vida. Yo le decía al señor tu eres quien actúa, Él me decía confía, ten fe y esperanza. 

    El momento en el que el Señor me tocó fue en la adoración cuando canté. "Me hiciste Señor solo para ti canté". Y sentía lo que cantaba. La vida que tú me das, me quiero en ti cambiar.

Me encontré con San Ignacio y he sentido dolor y lágrimas por las veces que he pecado y he sido obstáculo para otros. Pero también he sentido el amor del Padre. Me encontré con la sencillez y disponibilidad de la Hermana con quien me he compenetrado perfectamente.
Ahora que voy a hacer? Seguir luchando. El demonio nos va a seguir molestando. Y la lucha sigue, el demonio no duerme, no descansa, no se cruza de brazos.
Me llevo a un Dios al cual el demonio puede vencer, me llevo la fuerza del Espíritu Santo. Me llevo la protección de mi madre. Que me acompaña siempre. Nuestra madre está en las duras y las maduras.
Llevo también la ilusión, veo el deseo de cambiar, la alegría del amor de Dios en vosotros y esto me da ánimo y alegría.

También doy gracias a cada uno de vosotros por la benevolencia, gran apertura y deseo del amor de Dios. Pero sobretodo doy gracias al Espíritu Santo. En este momento creo mucho más  en Él que esta mañana cuando me levanté. El programa que hice, lo hemos seguido solo en la mitad, y hemos ido adaptando cosas. A pesar de mi miseria, Él pasa. Doy muchas gracias de escuchar vuestros testimonios. Dios actúa cómo, cuando y de la manera que quiere. Nuestra misión no termina ahora, cada uno de vosotros deja su impronta en esta casa y seguiremos rezando por vosotros. Todos los que pasan por esta casa saben que acaban formando  parte de esta familia. Hay un vínculo que proponemos siempre para permanecer unidos. Es rezar unos por otros. Rezar tres Avemarías cada día por los compañeros de retiro.

 

Comentarios

Entradas populares