Ejercicios espirituales celebrados el fin de semana pasado.





Año tras año, voy asimilando. El Señor siempre me enseña algo más. Profundicé algo más en la pasión de Cristo.
Me gustó la charla sobre consolación-desolación. Hay que superar la desolación. Me ayudó saber que, con esfuerzo, puedo salir. Hoy, al leer la Pasión, me emocionaba: vivía todo lo que sufrió el Señor, tanta injusticia, tantos insultos…
En matrimonio, es muy recomendable esta experiencia. Ver a matrimonios jóvenes me recordó nuestros inicios y me da mucha esperanza.
No pensaba venir. Me alegro mucho de haber venido. Estos Ejercicios me ayudaron a ver mi tibieza. Voy a vivir la Semana Santa con muchas ganas.
Entrar en el evangelio, estar con Cristo y vivir con Él lo que está viviendo, esto me ha pasado estos días.
Hacer un camino de fe juntos (como matrimonio), es básico. Me ayudó lo que dijo el Padre del sol y de la luna: Dios está allí también. Me llegó la explicación del simbolismo del cirio pascual, de las luces…
Estos días, además de aportarme conocimientos, me ayudarán a vivir la Semana Santa.
Cada año espero estos Ejercicios. Estoy muy feliz. Me emocionó el recuerdo del Padre del beso en la frente por parte de sus padres y de sus hermanos. Me emocionó: lo hacíamos nosotros también.
Los Ejercicios Espirituales me ayudaron en la toma de decisiones, a ver la voluntad del Señor.
Me voy con mucha paz. Me encontré muy a gusto con el silencio. Hay gestos y miradas y sonrisas que me hicieron mucho bien.
Vine con tibiez, pocas expectativas. Me voy muy contenta.
El silencio de aquí es muy diferente. Es un silencio que invita a la retrospección. Me puse frente al espejo  con la pregunta ¿Quién soy? Y me vinieron lágrimas al ver mi pequeñez y ver que ¡así Dios me quiere! Vine con mucha tristeza. Esta tristeza, la voy a vivir ahora con alegría.
Aquí todo es auténtico.
Fue intenso. Nos casamos dentro de dos semanas. Agradezco mucho esta preparación.
Me he identificado con muchas cosas.
Venía con pocas ganas. Pero pienso que esto tendría que ser obligatorio. Fue un buen aprendizaje con el Padre, ¡y poder pasar tiempo con Dios! Había vivido retiros con muchos abrazos y emocionalmente muy altos en que terminaba cansada. Pero aquí, me he recargado de verdad.
He venido con un día de retraso. Había venido para borrar el disco duro y llenarlo de buenas cosas. Me faltó más tiempo. Solo he llenado lo poco espacio libre que tenía. El silencio me ha venido muy bien.

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