EL AMOR DE DIOS NOS LLAMA
¿Qué es la Vocación?
La vocación significa "llamada".
Es un diálogo de amor entre dos personas, Dios quien es el que llama y el
hombre quien es el llamado, éstos son los términos de una vocación personal:
El autor de la llamada y el sujeto llamado. No podría existir ningún llamado
de no existir alguien que llama.
Cuando nace un hombre entra en el mundo una
potencial riqueza. Dios es fiel y justo. Llama a todos a vivir su especial
vocación; a cada uno asigna un papel en la historia de salvación del mundo y
asigna los medios necesarios para realizarlo. Pero su poder gobierna el mundo
según la ley de la variedad. No se repite jamás. Dios enriquece a cada uno de
los llamados con precisa, exclusiva, absoluta y nueva identidad, trazando en
cada caso un camino único e irrepetible.
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El amor de Dios llama, elige, forma, consagra, envía.
En estas palabras se inscribe el camino de la vocación del hombre.
Cualquiera que ella sea. Llama con misteriosa solicitud, elige con criterio incensurable, forma con intervención directa, consagra por medio del Espíritu Santo, envía a anunciar el Evangelio.
Cualquiera que ella sea. Llama con misteriosa solicitud, elige con criterio incensurable, forma con intervención directa, consagra por medio del Espíritu Santo, envía a anunciar el Evangelio.
Dios tiene un plan para cada uno de nosotros. Cada ser
humano es único e irrepetible. Cada persona ha sido creada para dar un aporte a
la historia y es tarea de cada persona descubrir qué es lo que Dios ha puesto
en ella para darlo a los demás.
Todos los hombres estamos llamados a la SANTIDAD...
"Sean perfectos como el Padre es perfecto..." La vocación a la
santidad no es un monopolio exclusivo de los sacerdotes o religiosos sino de
todos los cristianos.
La vocación es un don de Dios, una llamada en nuestra
vida, pero también es una tarea que debemos realizar. Si queremos ser fieles a
la voluntad del Señor.
Lo esencial de una vocación cristiana está en el
seguimiento de Jesús, la diferencia está en la radicalidad del seguimiento. Lo
importante está en la respuesta que damos a la invitación que Él nos hace.
Podemos decir "SÍ" o rechazarle. Para seguir a Jesús tenemos antes
que encontrarnos con Él. Encontrarlo como persona viva, Él que con su vida nos
invita a seguirle. Siguiendo a Cristo nos convertiremos en signos de la
presencia de Dios.
ORACIÓN
Estoy hecho un lío, Señor; miro la vida y no encuentro en ella mi sitio. Me
preguntan qué voy a hacer mañana…… y no tengo más respuesta que decir "lo
pensaré…" Me encuentro desorientado…. Sé que tengo que decidirme, buscar
el camino que tú me has preparado, pero me cuesta y hasta tengo miedo. Señor,
que pueda comprender con acierto, cuál es ese camino que me pides, y que sea
capaz de recorrerlo con valentía. Háblame, Señor, que yo te escucho.
Dedicado al grupo de ejercitantes de este fin de semana en nuestra/vuestra casa.
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