¿VAS A EMAÚS O VUELVES DE EMAÚS?
¿Vas
a Emaús o vuelves de Emaús? “Vas a Emaús” quiere decir que estás centrado en tus
cosas, en tus problemas, en tus inquietudes, y no te das cuenta que Jesús
camina contigo. “Volver de Emaús” quiere decir que has descubierto a Jesús
presente en tu vida, esta presencia te consuela, te da alegría, y deseas
comunicarlo a aquellos que amas. ¡Así de fácil!
Vuelvo
a preguntar: ¿vas a Emaús o vuelves de Emaús? Doy una pista para situarnos: si
nos quejamos mucho, estamos yendo a Emaús. La queja podríamos decir que es como
un escudo ante la presencia de Jesús, ante su luz, su gracia. La queja crea una
barrera entre nosotros y Dios. La queja nos lleva a mirarnos el ombligo, nos
curva sobre nosotros, y, por tanto, nos aleja de Dios. Hagámosnos en la oración
esta pregunta.
Esta
escena de los discípulos de Emaus no la contemplamos como algo que sucedió en el pasado. Contemplémosla como una
escena que se produce en nuestra vida.
Nosotros somos estos dos discípulos que van a Emaús y que acabarán volviendo de
Emaús.
Los dos discípulos de Jesús marchan de Jerusalén tristes,
desesperanzados, tenían unas expectativas, esperaban unas cosas y nada se ha
cumplido. Dicen: “Nosotros esperábamos”
y nada ha salido como ellos esperaban.
También eso nos ocurre a nosotros: teníamos unas
esperanzas, unos proyectos y muchas cosas no han salido como queríamos. Y nos
quedamos tristes y desesperanzados como los discípulos de Emaús…
En medio de esta tristeza Jesucristo se hace el
encontradizo, con suavidad, Cristo se cuela en su desesperanza, y se pone a caminar con ellos. También eso nos ocurre a
nosotros: Cristo desea caminar con nosotros en los buenos momentos y en los
malos momentos. Por la resurrección, Jesús se ha convertido en contemporáneo nuestro.
Y, puede hacer camino con nosotros.
¡Es inefable vivirlo, es inenarrable! ¡Jesús que camina con
nosotros!
Y se pone a hablar con ellos. También quiere establecer con
nosotros un diálogo. Esto es rezar, dialogar con Cristo que camina con nosotros.
Y en este diálogo pasan cosas maravillosas:
1. Jesús hace una
relectura de lo que ha pasado. Hace una relectura desde la resurrección. Da a los
hechos una nueva luz, la luz de su resurrección.
En nuestro diálogo con Jesús, pasa lo mismo:
da a los hechos una nueva luz, una nueva perspectiva. Resitúa nuestra historia
personal dentro de un contexto de historia de salvación. ¡Es maravilloso!
2. Jesucristo les explica el sentido de la cruz.
También cuando hablamos con el Señor, nuestras cruces cogen otro sentido. Vale
la pena destacar que Jesucristo no ha eliminado de sus vidas los hechos tristes,
sino que les ha dado un nuevo sentido.
3. Poco a poco, les levanta el ánimo, la esperanza.
La experiencia de la oración, habitualmente, es de consolación. El oficio del
resucitado es consolar y dar la paz. Cuando hablamos de paz, hemos de entenderla
como la suma de todas las bendiciones de Dios al hombre. Cuando Jesús en las
apariciones dice a los discípulos “Paz a
vosotros”. Les está comunicando todo. Todo lo que Dios quiere darnos queda
concentrado en esta palabra: paz. Por esto, en casi todas las apariciones dice
“Paz a vosotros”, porque su oficio es
consolar, comunicar paz.
Jesús
hace como si siguiera más allá y ellos le invitan a quedarse, y acepta quedarse.
Jesús siempre acepta nuestras invitaciones
a pasar un rato juntos. Jesús siempre acepta nuestras invitaciones a dialogar
un rato... ¿le invitamos? ¿le convidamos?
Lo
reconocen al partir el pan. Este partir el pan hace referencia a la fracción
del pan que hacemos en la eucaristía, cuando decimos aquello de “Cordero de
Dios que quitas...”. Hasta entonces no lo han reconocido, y al partir el pan, lo
reconocen. ¿De qué nos habla esto? De la eucaristía como un lugar privilegiado
de la manifestación de Cristo Resucitado. Es Cristo Resucitado quien se hace
presente en el trocito del pan eucarístico. Entramos en comunión con Cristo Resucitado...,.....
Y
todo esto que han vivido: Jesús que camina con ellos, Jesús que dialoga con ellos,
Jesús que los ilumina, Jesús que los anima, Jesús que cambia sus corazones, todo
esto es expansivo, no se lo pueden quedar para ellos, y van a comunicarlo.
Que su experiencia sea nuestra experiencia.
Francesc Jordana
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