TESTIMONIOS
EJERCICIOS ESPIRITUALES DEL 29 DE JULIO AL 2 DE AGOSTO
Estos días han sido un regalo privilegiado. Sólo
conocía de oídas los Ejercicios ignacianos. Estoy muy agradecida por ellos,
coinciden muy bien con mi carácter, la necesidad de formación, de oración, de
descanso… Siempre me costó mucho ver a Dios cercano, sólo era Alguien a quien
había de rendir cuentas, ante quien debía portarme superbién. Era
perfeccionista y súper responsable en un universo diferente al de Dios. Estos
días me han ayudado a bajar más al corazón, darme cuenta que soy hija de Dios. En
la relación entre El y yo había como un muro que ha caído: También la
maternidad me ha ayudado a entender más a Dios y a la Virgen María: constato
que por muy desastres que sean mis hijos los sigo amando.
Me voy encantada. Vine de causalidad, por
cuadrar fechas, ni siquiera sabía que eran Ejercicios ignacianos. Me ha ayudado
mucho el clima de silencio y la fuerza de la oración unos por otros.
Ya hace varios años que vengo y no hay dos
tandas iguales. Cada año el Señor me revela su Rostro de diferentes formas y me
va sanando poquito a poquito, descubriendo cada vez más el rostro del Padre.
Mi voluntad humana siempre se resiste a venir,
pero cada año carezco de una alternativa mejor y sé que siempre me hace mucho
bien. Hoy la canción que nos despertó resumía bien lo que he ido comprendiendo
estos días: “Tenedle paciencia a tu barro, y confianza a mis tiempos…” Mi
determinación en estos Ejercicios es elegir a Dios.
Estoy muy agradecido a una de las Hermanas que me ha
conducido aquí. Me sorprendió mucho el clima de silencio, tan propicio para
pensar en Dios, en ti, abrirLe el corazón, sentir su acercamiento. El porqué de
las cosas era para mí muy importante: ahora hay muchos porqués que se me han
derrumbado. He descubierto un mundo nuevo, una nueva manera de orar, de leer, de
disfrutar con el amor de Dios
No hace mucho que abracé la fé católica. Esta ha
sido una hermosísima experiencia que me ha dado mucha paz. Tengo mucha gratitud
en el corazón. Me ha llegado mucho la cuestión que el sacerdote nos invitaba a
hacernos delante de las cosas: ¿Esto me hará más santo?
Durante los Ejercicios lloro de alegría
espiritual. Y como soy pecador habré de volver. Me voy con muchas fuerzas
Llevaba unos años confusos. Estos días me han
ayudado a poner muchas cosas en orden, a ver todo más claro, a poner luz en mi
vida. Estoy muy contento
Salgo agradecido a Dios y a esta casa que me ha
ayudado tanto en mi vida. Cada vez que vengo recibo un subidón de amor,
espíritu, me voy siempre cargado. Sólo espero no derrochar todo el amor que me
llevo
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