CONTEMPLANDO A MARÍA
"Contemplemos a la Santísima Virgen, entendiendo aquella absoluta consagración de sí misma, a Dios Nuestro Señor...
¡Oh, contempla la humildad de la Santísima Virgen María, la más excelsa y grande criatura, con la cual nadie puede compararse! ¿De qué le procedía aquella sublime humildad, sino de haberse ella misma consagrado toda y de haberlo consagrado todo a Dios?
De aquí, el silencio. Las sabias respuestas las había consagrado a Dios...
Y aquel cuerpo, todo sagrado, “sacratum”, consagrado a Dios.
¡Oh, contempla la humildad de la Santísima Virgen María, la más excelsa y grande criatura, con la cual nadie puede compararse! ¿De qué le procedía aquella sublime humildad, sino de haberse ella misma consagrado toda y de haberlo consagrado todo a Dios?
De aquí, el silencio. Las sabias respuestas las había consagrado a Dios...
Y aquel cuerpo, todo sagrado, “sacratum”, consagrado a Dios.
Modestia de la cara, madurez en el caminar, etcétera...
Llevaba dentro al Espíritu Santo, pues era Templo suyo”
Llevaba dentro al Espíritu Santo, pues era Templo suyo”
P. Vallet, 3-2-1928
Comentarios
Publicar un comentario
A la hora de expresarse tengamos en cuenta la ley de la Caridad