¡Aquí estoy, Señor!

 
Sin más fuerza
que mi debilidad
y con el corazón
hecho jirones,
me presento cada día ante ti
con el gozo inmenso
de decirte,
una y otra vez:
¡Aquí estoy, Señor!
 Monseñor Francisco Cerro

Comentarios

Entradas populares