¡QUÉ DÍA!

Sí, ¡vaya día fuera de serie!
Domingo de la Divina Misericordia, es decir, el Amor de Dios. ¡¿Qué mas grande!?.
El comienzo del mes dedicado a nuestra Madre María, en el día de la Madre.
En la fiesta de San José obrero a quien llueven tantas súplicas en la situación laboral económica en que vivimos.
Y la beatificación de nuestro queridísimo Juan Pablo II, el Grande, celebrada en Roma por el no menos grande, aunque diferente, Benedicto XVI.
¡No es día para sacar los paraguas! Dejémonos empapar por tantas gracias como hoy no pueden dejar de llover, y que debemos implorar del cielo.
Y no es día tampoco de grandes discursos con tanta celebración hermosa que viviremos muy unidos espiritualmente.
Os compartimos algo de nuestro querido Papa que nos ha encantado descubrir esta semana.



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